Un viaje de la piel al alma

un viaje de la piel al alma

A menudo escucho a personas que han recibido un masaje que han tenido una especie de sueño lúcido.

No siempre ocurre, es una cosa muy personal. Venimos muy enseñados a prestar atención a nuestras cabezas, y la mente siempre se va a resistir de manera innata a soltar el control del cerebro.

Pero cuando pasa, simplemente pasa, y es maravilloso. Es sanador.

Yo misma, cuando recibo cierto tipo de masajes, incluso cuando los doy, me voy a un lugar que ni es mental ni corporal. Me voy a un lugar de libertad, en el que se disuelven las memorias que me están impidiendo continuar con mi camino. Un lugar de claridad, de dirección, que me recuerda cómo quiero estar en el mundo.

Es como si mi faceta más interna, más abstracta, aquella que está conectada a la intuición, se hiciera con el control, hiciera una limpieza por dentro. Darse momentos para sumergirse adentro, para dejarse volar en el inconsciente, es parte del ser humano.

Creo que es importante estar en contacto con esta parte tan nuestra. Creo que todas las culturas le han puesto un nombre.

Alma, puede ser?

Un viaje de la piel al alma

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